MEDELLÍN FUE MÁS DIFÍCIL QUE ABROCHAR UN BOTÓN REBELDE

Recuerdo que cuando era pequeña no quería convertirme en adulta. Ser mayor se veía muy complicado. Lo pensaba cuando tenía que atarme los cordones de las zapatillas o abrocharme unos pantalones rosas de una pana muy gruesa. Es que no Sigue leyendo →