Por este 2012… ¡y un 2013 mejor!

¡Ah! Qué miedo da recapitular, hacer examen de conciencia y autocriticarse un poco. Es el último día del año y es también el aniversario de esta bitácora, así que por una cosa o por otra, o por las dos, tengo la necesidad de hacer parada y fonda hoy. Hoy he leído unos cuantos blogs y unos muchos muros de mis amigos de Facebook, y para casi todos el 2012 ha sido un año para olvidar. También casi todos sienten ilusión por lo que está por venir, y creen que en 2013 la suerte va a cambiar para mejor. Yo no puedo sino identificarme con la mayoría, nunca he sido muy original.

Propósitos de Mr. Wonderful, una pareja de artistas que me han sacado más de una sonrisa este año

Pensé que tenía muchas cosas que recriminar a 2012, pero luego lo he pensado bien, y me he dado cuenta de que no estoy en condiciones de quejarme. Ha habido asuntos feos, pero por cada uno de ellos también he sacado algo bueno. En 2012 he cursado el máster del universo que siempre quise hacer y que tanto me ha enseñado. He sufrido, pero a cambio he aprendido de verdaderos profesionales, he vivido en primera linea algunos de los asuntos más importantes del año y he salido hecha una periodista mejor.

No he viajado casi nada, pero lo poco que he podido salir ha sido para vivir experiencias muy positivas: volví a vagabundear sola por el mundo, me reencontré con viejos amigos y estreché lazos con otros nuevos. Y mi vida social ha sido escasa, pero la poca que he tenido ha sido muy provechosa, llena de personas fantásticas. No me ha faltado cama, comida ni calefacción en invierno, y en cuanto a la salud… bueno, este año me dio un buen vuelco, pero pese a todo sigo aquí, viva y entera. Me conformo con seguir tal cual estoy.

 

 

Este año he vivido con la cercanía que solo te permite tener el oficio del periodista, cosas tan terribles como desahucios, huelgas generales, cargas policiales, protestas masivas, despidos, encierros, suicidios, estafas bancarias… historias personales de ciudadanos anónimos que me han estremecido. Siento que estoy más desengañada con nuestro mundo, pero también quiero pensar que tanta calamidad está sirviendo para que espabilemos y seamos más sensibles y solidarios.

Este año también ha habido historias con las que recuperar la fe en la especie humana. Prefiero quedarme con esas. Hablo de los cooperantes españoles que volvieron al Sáhara pese a la prohibición de Exteriores, del camarero que protegió a los manifestantes en su bar el 25S, de la lucha por superarse de Pistorius, del policía de Nueva York que compró unos zapatos a un mendigo descalzo, de los bares que ofrecen café gratis para desempleados o del promotor valenciano que regaló 25 casas a familias desahuciadas.

Tengo la enorme suerte de que 2013 va a ser un año cargado de trabajo para mí. Voy a trabajar de lo que me gusta, en un medio importante donde me leerá mucha gente y ¡cobrando! que hoy en día es un lujo. Quiero que 2013 sea un año en el que haya pasión, en el que las lágrimas no siempre sean amargas, en el que siga teniendo cerca a mi gente, que me enseñe a ser más humana, y a seguir desaprendiendo. Sé que no es el año en el que voy a dar la vuelta al mundo, pero sí que viajaré un poquito más.  Sé que no voy a ir al gimnasio, y que casi seguro no me sacaré el carné de conducir, pero eso no me impedirá moverme. Sé que el año 2013 no va a ser mejor solo porque yo quiera, pero sí sé que gran parte de lo que vivamos será gracias o por culpa de la actitud con la que nos enfrentemos al día a día. Así que yo deseo para todo el mundo y para mi misma optimismo, paciencia, constancia, fuerza e ilusión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.