Porque ya no podía aguantar más. Hace nueve meses que salí por última vez de España y un año y cuatro meses desde que volví del sureste asiático. Necesito salir, necesito viajar. Y por eso, en menos de 30 días me escapo con la mochila y la cámara como únicas compañeras para darme una vueltecita por dos países que me han dicho que son muy interesantes.
Primero estaré sola, pero cuando cambie de país me encontraré con alguien. Ahora, tengo que dedicar mi poco tiempo libre a informarme un poco acerca de esas tierras donde se habla con palabras sin vocales, donde la cerveza es baratísima y las ciudades parecen de cuento de princesas. Ya siento el hormigueo previo a los viajes, la emoción de la cuenta atrás, la ansiedad del ir saltando de web en web, buscando historias, lugares interesantes, alojamientos baratos, transportes prácticos y comida rara pero deliciosa… Yo creo que una de las principales razones por las que me gusta viajar a sitios nuevos es para ponerme hasta las patas comiendo (Salvo excepciones, como en Asia, donde me negué a probar el perro, las medusas, los saltamontes, serpientes y cucarachas…)
En estos días iré haciendo los preparativos mínimos, y poco más diré hasta mi partida. Por supuesto, pienso contarlo todo y fotografiarlo todo. Van a ser pocos días pero pienso saborear cada segundo de ellos. Stay tuned…
Foto superior: Atardecer en Praga. / (CC) J.A. Alcaide
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