Mi viaje va llegando a su fin. También el interior, pero esta es otra historia. Hoy quiero hablar de mi último destino, aquel hacia el que me encamino muy temprano desde Aksum, cuando no ha salido el sol. Se trata de Adigrat, una ciudad situada muy al norte, en la frontera entre Etiopía y Eritrea. ¿Por qué? Porque aquí vive un hombre extraordinario al que tengo muchas ganas de conocer: el padre Alfredo Roca, que lleva 25 años velando por los niños huérfanos de esta ciudad, entre los cuales están algunos de los primeros apadrinados por familias españolas.
¿QUIERES LEER EL RESTO DE ESTE RELATO?
Lo puedes encontrar completo en mi primer libro: El tiempo detenido y otras historias de África.
A partir del 16 de mayo estará a la venta en librerías tradicionales y online.
Crónicas etíopes
- I: Del miedo al amor en Addis Abeba
- II: Las historias ocultas de Addis
- III: Crisis de valores en la Etiopía rural
- IV: El descanso del guerrero
- V: Tropezar y levantarse
- VI: Las hadas madrinas de Nekemte
- VII: Ataklti, el huérfano de Aksum
- VIII: Un padre para los niños perdidos – En el libro El tiempo detenido
- IX: Los más negros son los gumuz – En el libro El tiempo detenido
- X: Despedida de todo
- Bonus track: ¿Cuánto cuesta viajar por Etiopía?
- ETIOPÍA EN IMÁGENES: Todas las fotos del viaje, aquí
Coincidimos en todos los comentarios que haces. Disfruto un montón con tus experiencias.
Y una opinión. No te dé pena. Siempre habrá una Abba Roca para los niños. Lo he aprendido a base de conocer multitud de historias y de conocer a esta gente que deja nuestras comodidades occidentales para compartir su vida con los más pobres en su propia tierra. Sin embargo, también es verdad que por muchos que haya, siempre son necesarios muchos más Abbas Roca.
Un fuerte abrazo.
Por suerte siempre habrá abbas como él, y menos mal porque estas son las personas que me devuelven la fe en la especie humana…
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