¿Alguien se acuerda…?

Hace un par de meses cometí una locura: compré un billete solo de ida a Kuala Lumpur. ¿Las razones? Muy profundas y variopintas, y todas debidamente explicadas en la entrada de blog donde di la noticia.

No obstante, he creído conveniente publicar esta entrada antes de meterme de lleno con los preparativos y con el viaje en sí. Mucha gente me ha preguntado que por qué me voy, que qué se me ha perdido tan lejos, que qué plan tengo… Voy a intentar responderme a mí misma y a vosotros.

Podría haber sido África, o Sudamérica o Europa, el destino es lo de menos. Lo importante es que salgo a intentar hacer realidad mis sueños. Profesionalmente, quiero contar lo que  pasa en lugares del mundo que no importan mucho. Quiero ayudar de la única forma que sé, que es con mi cámara y con papel y boli. Quiero ir a donde no va nadie, porque los despachos de los alcaldes y los ministros ya están llenos de periodistas y yo no siento que haga mucha falta allí.

Me voy sin padrinos, sin enchufes, sin contactos. Me voy haciendo caso a Enrique Meneses cuando nos echa la bronca a los jóvenes periodistas, diciendo que cojamos carretera y manta y nos arriesguemos, que el periodista no se forma en las aulas sino en las calles.

Yo por Francia. © Germán García Martínez

Personalmente, este viaje es otro reto si cabe mayor. Porque quiero verme viviendo la vida peligrosamente, con muy poco dinero, sin un techo asegurado, con complicaciones y sin saber dónde voy a estar al día siguiente. Necesito ponerme a prueba, saber que puedo salir yo sola de los problemas; quiero ver qué pasa cuando te encuentras en medio de Asia y tienes que buscarte las castañas. No me gusta ser tan consumista ni tan materialista algunas veces. Quiero quitarme esos vicios, dejar de sentir la necesidad de comprarme algo nuevo porque me gusta pero no porque lo necesite. Quiero aprender a vivir con menos y quiero seguir conociéndome.

Tengo algo de miedo, porque me voy y no tengo planes a partir del 23 de febrero. Llegaré  a Kuala Lumpur con la mochila y después… quién sabe. A veces me pregunto si debería hacer caso a mis padres y estudiar una oposición o coger el primer trabajo cutre que encuentre (imposible, por otra parte, tal y como están las cosas). Pero ya he sentido antes el vacío que provoca vivir una vida que no deseas, y siempre me queda la oportunidad de engancharme a ese tren si las cosas en Asia no prosperan.

Voy a contracorriente, lo sé, con mis miedos y dudas. Todos me dicen que qué suerte, que qué envidia, y que qué vidorra tengo. No es tan fácil meterse en una aventura así porque no voy a hoteles de cinco estrellas ni nada parecido, mi presupuesto mensual es de verdadera risa. Lo fácil quizá sería quedarme aquí y hacer lo que se espera de mí. Pero eso lo haré a mi vuelta, siempre estaré a tiempo para ello. Primero, voy a probar a ver si esta aventura me lleva a algo mejor, a algo más gratificante que mi antiguo curro de teleoperadora. Así que me marcho también llena de curiosidad, energías y ganas de hacer de todo. Mi objetivo final tampoco es llegar a la meta, sino disfrutar el trayecto. Y en ello estoy, ya me quedan 20 días escasos. El 23 de febrero me iré de España para recorrerme el sureste asiático con una mano delante y otra detrás durante un periodo aproximado de dos o tres meses salvo causa de fuerza mayor.

A partir de hoy, intentaré relatar mi pequeña odisea personal con textos y fotografías que iré tomando de aquellos lugares en los que la vida me ponga. Y voy a empezar con una serie de entradas en las que intentaré aportar consejos acerca de cómo preparar un viaje de este calibre. Por si desde mi humilde experiencia puedo ayudar a alguien en un momento dado.

Estos días están siendo frenéticos, porque como buena pardilla, lo he dejado casi todo para el último momento. Estoy necesitando días de 30 horas para hacer todo lo que tengo que hacer, pero sacaré huecos libres para actualizar este blog.

4 respuestas a «¿Alguien se acuerda…?»

  1. JOSE MANUEL

    Ya te comenté en Polientes -creo- que mís miras estaban en Centro América… El portal de llegada será la vía profesional y una vez cumplida la obligación para con ella, cabe la posibilidad de que me quedé allí por más tiempo haciendo otras actividades totalmente distintas a las profesionales y mientras sean sostenibles.

    Responder
  2. J.MANUEL

    Te deseo toda la suerte del mundo en esta aventura. Sin saberlo (ni proponerlo) me has abierto los ojos y quizás también el camino, aunque en mi caso será otro hemisferio y otro continente.

    Un abrazo.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.