Menudo aprieto supone llegar a Zimbabue sin haberse provisto antes de efectivo. De dólares en americanos, rupias indias, libras inglesas, rand sudafricanos o pulas botsuanesas. Lo que sea, pero algo. Resulta que este país del sur de África vive una crisis de efectivo desde 2008 y apenas circula dinero en metálico. La inflación llegó a una tasa del 8.000%, hasta tal punto que una barra de pan podía costar tranquilamente un millón de dólares zimbabuenses. El 12 de abril de 2009, el Gobierno decidió abandonar su propia moneda para salir de esa situación tan complicada y
admitió la utilización de divisas extranjeras.
Quienes vivimos casi al día según vamos viajando, quienes estamos acostumbradas a llegar a un país nuevo e ir directamente a un cajero automático, nos llevamos un buen corte cuando ponen el pie en Zimbabue. Según me aproximo a una sucursal bancaria del aeropuerto de Victoria Falls, un amable militar armado me advierte de que no voy a lograr ni un solo centavo. ¿Y qué se hace en una situación así? ¿Por qué no se me
habrá ocurrido informarme antes? Fallo de principiante.
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Ahora esoty leyendo tu libro, me está encantando!
me alegro mucho, Dani, un abrazote y disfrútalo 🙂