Más vale tarde que nunca. Tenía intención de hablar del festival de cine documental y derechos humanos Articulo 31 Film Fest, que celebró a principios de abril Médicos del Mundo en la cineteca de Matadero, en Madrid, y al que se presentaron160 cortos de 15 países distintos. A toro pasado poco se puede contar que no se sepa ya, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendar algunas cintas que llamaron mi atención. Hay que ver cuánto talento hay en este país, qué lástima que no se desaproveche y que la mayoría de los autores de estos fantásticos documentales hayan tenido que remover Roma con Santiago para sacarlos adelante.
¿Por qué se llama Artículo 31? Porque hace falta uno más. La Declaración universal de los derechos humanos de 1948 contiene 30 artículos con los derechos inherentes a todas las personas basados en la igualdad, la equidad y la universalidad, aplicándose a todas las personas, en todos los lugares y en todo momento. Sin embargo, la continua vulneración de estos 30 artículos en todo el mundo ha llevado a Médicos del Mundo a sugerir uno nuevo, el Artículo 31, que dice: “Toda persona tiene derecho a denunciar la vulneración de cualquiera de los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
El festival de cine premia los mejores trabajos proyectados durante el fin de semana, pero también ofrece otras actividades. Este año fueron dos talleres (El cine documental como herramienta de sensibilización social y Cómo usar las redes para defender los derechos humanos), una exposición con las fotografías de los ganadores y finalistas del los Premios Luis Valtueña de Fotografía Humanitaria, dos mesas redondas (Acceso a fármacos y Fronteras) y, importantísimo, la presentación del videoblog Wawachaña: Partos en el techo del mundo. Por aquí empezaré.
Wawachaña: Partos en el techo del mundo, de Olmo Calvo. Montaje multimedia: Eva Filgueira
Wawachaña es el trabajo que realizó el fotoperiodista cántabro Olmo Calvo en Bolivia. Olmo ganó la XVI edición del Premio Luis Valtueña en 2012, dotado con 6.000 euros. El compromiso era destinar parte de esta cantidad a la realización de un reportaje fotográfico sobre uno de los proyectos de Médicos del Mundo. De las opciones que le dieron, Olmo eligió conocer el trabajo de adecuación cultural que se realiza con las mujeres de las tribus aymara de Bolivia para que den a luz en un entorno seguro y a la vez respetuoso con su cultura y sus creencias.
Fruto de este trabajo es una web con un videoblog, una galería de 60 imágenes y un montón de información sobre el tema. En la presentación estuvo la periodista Rosa María Calaf, que valoró el esfuerzo y compromiso personal de algunos periodistas empeñados en hablar de Derechos Humanos y criticó que en los medios de comunicación se trate el problema de la pobreza como algo que no se puede evitar. «Siempre se presenta la pobreza como algo inevitable, nunca vinculado a un abuso de los DDHH. No se puede evitar un tornado pero sí que sus consecuencias se agraven».
*Más info de este trabajo en EL PAÍS: Los partos de las mujeres aymara.
Los cortos seleccionados fueron proyectados durante el fin de semana. Los premios se entregaron el domingo por la tarde. Los agraciados recibieron una estatuilla súper bonita, todas obra del autor senegalés Dame Coundoul. Así se repartieron:
*Premio al Mejor cortometraje documental Artículo 31 y Premio FNAC del Público: Minerita, de Raúl de la Fuente. Es una historia enmarcada en El Cerro Rico de Potosí (Bolivia), lugar sin ley y de tremenda violencia. «Aquí los mineros se juegan la vida en galerías destartaladas para extraer plata y cinc. Los que salen con vida, se creen con derecho a todo. Entonces, comienza la caza de mujeres. Minerita es la historia de tres mujeres, Lucía (40), Ivone (16) y Abigail (17) que trabajan como serenas o dentro de la mina y luchan por sobrevivir en un infierno no apto para la vida. Su única arma, coraje… y dinamita«, reza la sinopsis.
*Premio Desalambre de Videoperiodismo: No Job Land. A este trabajo, de Olmo Calvo, Gabriel Pecot y Eva Filgueira, dediqué una entrada en este blog. Es la historia de un grupo de parados del madrileño barrio de Fontarrón, en Vallecas, que decide unirse para luchar su futuro por la vía de la protesta pacífica. Sus protagonistas son el espejo en el que se podrían mirar miles de españoles que un día tuvieron una vida “normal” y que hoy ni siquiera pueden pagar la letra de un piso que compraron.
*Premio Derecho a la Salud: Indómitos de la princesa, reportaje de la televisión Tmex, sobre la privatización de la sanidad madrileña. “Dejo la huelga de hambre porque me doy cuenta que un muerto más a nadie le importa”. En el día 41, Juan Recio dejó de poner en riesgo su salud. Así se expresaba en febrero de 2013 este enfermero de La Princesa aquejado de una grave minusvalía. Había dejado de ingerir alimentos de forma voluntaria a finales del año pasado como protesta por la privatización de la Sanidad pública. Ocho meses después de abandonar su huelga de hambre, la Justicia le proporcionó una pequeña victoria moral. El juzgado de lo Contencioso Nº4 de Madrid ordenó paralizar cautelarmente la privatización de 6 hospitales de la Comunidad.
Uno de los momentos más bonitos del festival fue cuando el mismísimo Juan Recio subió a recoger el premio y, junto a otro compañero de las protestas, entonó una canción muy crítica con el Gobierno y con la situación actual del país. Fue divertidísimo.
*Mención especial del jurado: Por la flor de la canela, de María Sánchez, sobre la violencia machista escondida en las canciones que el ser humano ha escuchado desde la Edad Media hasta nuestros días. «La violencia de género ha sido y continúa siendo una desgraciada lacra en nuestra sociedad. Año tras año contamos de forma rutinaria unas cifras de víctimas mortales y de mujeres agredidas que no dejan de aumentar. Pero el maltrato a la mujer también puede esconderse en la letra de una canción, cuyo ritmo pegadizo puede ayudar a que pase desapercibido. Por la flor de la canela nos invita a realizar un recorrido por estas canciones de la violencia sexista desde la Edad Media al siglo XXI, a la vez que nos pone en alerta, porque muchas veces cantamos canciones que solo hemos escuchado y no oído».
*Mención especial del jurado: Adrift, de Frederick Jan Depickere. Se trata de un corto que nos muestra la vida de Sherman Shimú, un refugiado ugandés que malvive en el interior de Noruega, ya en el círculo polar ártico, en unas condiciones climáticas y vitales purísimas y muy distintas a las de su país de origen. Este documental ganó el premio al Mejor Documental en el Encounters de Bristol y ha pasado por festivales como los de Tampere, Hamburgo, Viena, Helsinki o Uppsala, entre otros.
Quería dejar para el final la anécdota friki del festival: fui invitada a moderar la mesa redonda que llevó por nombre Fronteras, y en la que participaron Juan Luis Sánchez (subdirector de eldiario.es), Begoña Santos (coordinadora del área de sensibilización de Médicos del Mundo) y José Luis Sánchez Tomás (letrado del Tribunal Constitucional). Era mi primera vez como presentadora y estaba un poco nerviosa, pero la verdad es que salió la cosa muy bien a gracias a estos tres profesionales, que hablaron con total soltura y tranquilidad de temas tan interesantes como el reglamento de los CIE, las devoluciones en caliente en la frontera entre Marruecos y España o el tratamiento de la información sobre inmigración por parte de los medios. Fue un rato divertidísimo del que han quedado algunas fotos para la posteridad. Espero participar en más iniciativas como esta, me lo pasé en grande. No puedo más que dar mil gracias a Médicos del Mundo por haber contado con mi espada para su festival 🙂
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