NAMIBIA: DONDE EL MAR Y EL DESIERTO SE ABRAZAN

Una vez fui testigo de cómo los pastos de los que se alimentaba el ganado de Níger eran devorados por el desierto. En Namibia se ve cómo las dunas alcanzan la orilla del mar. Y ambos ecosistemas conviven y muestran su lado más salvaje en este país tan remoto, solitario y bello en la intensa crudeza de sus ecosistemas.
El mar
Desde Botsuana se puede entrar a Namibia por carretera, siguiendo la llamada ruta Trans Kalahari. O en avión, sobre todo para alcanzar puntos más alejados como Swakopmund, una ciudad pegada al mar. Al llegar al aeropuerto de Walvis Bay, a 30 kilómetros, sorprende un clima raro para estar en medio del desierto: calor abrasante por el sol, que pega fuerte, pero viento fresco proveniente de la cercana costa. Swakop, que así llaman a esta ciudad de palmeras en el desierto, recibe con frío.

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