Los monos con cabeza de muñeca de Jakarta

El sábado pasado me di una vuelta por la feria de arte contemporáneo ARCO porque había recibido el encargo de escribir un artículo sobre la presencia de artistas españolas en la muestra. Ahí estaba yo, husmeando entre pabellones y stands, cuando algo llamó poderosamente mi atención: el trabajo del fotógrafo finlandés Perttu Saksa, titulado ‘A kind of you’. Y, ¿por qué, de entre todas las obras de los 1400 artistas que se exhibieron, fue la suya precisamente la que me atrajo? Pues porque Saksa presentó un trabajo sobre los monos esclavizados de Jakarta (Indonesia), un fenómeno que conocí  cuando estuve en ese país en 2011 y que me dejó tocadísima.

Recuerdo que estaba yo en un minibús, en algún punto de la isla de Java. El automóvil se había detenido en un semáforo y yo, que estaba muy cansada, miraba distraídamente por la ventana. De repente, lo vi. Era una especie de ser del inframundo que daba saltos junto a mí. No pude observarlo más allá de cinco segundos porque el coche arrancó de nuevo, pero me dio tiempo a pegarme un susto de muerte. No supe entonces si era un humano o un animal o un cachivache mecánico. Cabeza de muñeca sin ojos, llena de churretones negros  y con los pelos de punta, cuerpo peludo y ropa hecha jirones y sucia. La criatura, fuera lo que fuese, estaba encadenada a algún sitio que no llegué a ver, pegaba saltos y parecía que me miraba desde lo más profundo de sus cuencas vacías. Tanto me asusté que ni me acordé de sacar la cámara, y cuando lo hice solo pude tomar una foto movida porque ya estábamos en marcha otra vez.

Ese día, el conductor me explicó que lo que había visto era un mono, un macaco, ataviado con una cabeza de muñeco. Sus dueños los visten con ropa de persona y así consiguen que se asemejen un poco al ser humano. Les utilizan para distraer a los conductores y sacar unas monedas. Entonces no lo sabía, pero después averigüé que es una práctica muy común en Indonesia: se calcula que hay unos 5.000 simios esclavizados en las calles de ciudades como Jakarta o Yogyakarta. Sus adiestradores o, mejor dicho, sus explotadores, les arrancan de su hábitat natural y les adiestran para que adopten frente a su público comportamientos típicos de un ser humano como caminar a dos patas, montar una bici, simular que van de compras, hacer trucos de acrobacia… Por maltratarlos así, ganan en limosnas unos 4 dólares al día, el doble de lo que te cuesta una habitación en el hostal más pellejero de Indonesia.

En este vídeo, la historia en inglés.

Tres años después, me topé de bruces en ARCO con el trabajo de Saksa, que busca poner de relieve el abuso que el hombre comete con estos animales. Las fotografías del finlandés son sobrecogedoras, angustiosas, opresivas… Sentí un tremendo malestar mirándolas, el mismo de la primera vez que me vi frente a uno de estos monos. Creo que la sensación tan sofocante viene por contemplar a los pobres animales sujetos a esas gruesas cadenas y con la cabeza metida en esas cabezas terribles, que parece que les están ahogando.

Tanto revuelo ha causado a nivel mundial esta práctica en los últimos tiempos, que desde principios de 2013 se castiga con pena de cárcel la posesión ilegal y explotación de estos primates. El gobernador de Jakarta, Yoko Widodo, anunció medidas más duras el pasado mes de octubre. En un país tan alejado de Indonesia como es México, una iniciativa de una ONG ha recogido más de 12.000 firmas para pedir a las autoridades del país que actúen.

Desde este blog, no puedo hacer nada más que mostrar las escalofriantes imágenes de Perttu Saksa y aportar un poco de información para quien quiera contribuir con su firma a detener la explotación de estos pobres simios. El finlandés no ha sido el único que ha documentado esta historia. El blog de fotografía del periódico Denver Post publicó una tira de imágenes en junio de 2011. Ed Wray, fotógrafo británico afincado en Indonesia, también cuenta con un trabajo sobre estos pequeños simios, más centrado en el lugar donde son adiestrados antes de sacarlos a la calle para recaudar dinero. Ambos son tan recomendables como desagradables.

Estas son las temibles imágenes de Perttu Saksa:

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

© Perttu Saksa

3 respuestas a «Los monos con cabeza de muñeca de Jakarta»

    • Lola Hierro Autor de la entrada

      Gracias por pasarte, Carmen. Como ves, es una burrada, sí. Espero que el endurecimiento de las leyes indonesias acabe con esta práctica… Cuando vuelva por esas tierras (cosa que pienso hacer) lo comprobaré y lo contaré. Un saludo!

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