India, ¡voy a por ti!

El Taj Mahal, por Trey Ratcliff (CC) 

¡Me voy a viajar a India! Hoy, 28 de abril, me estoy marchando rumbo a Bombay. Me voy con muchas ganas y con la mente muy abierta, aunque no niego que también estoy un poco inquieta por tantas advertencias sobre lo duro que es este país: pobreza, calor, ruido, niños mendigando, suciedad a saco… En el fondo esto va de ponerse a prueba a otra vez, y eso me gusta. A ver qué pasa.

Tenía muchísimas ganas de escribir esta entrada, pero no he podido hacerlo hasta ahora porque no había nada seguro, no he tenido claro que me iba hasta hace un par de días. He sufrido contratiempos de toda clase pero los he superado, así que ya puedo contarlo aunque tocando madera, claro. Desde que saqué el billete, hace un par de meses, he ido preparando poco a poco el viaje y me he topado con imprevistos que no había tenido en cuenta. En este post, explico punto por punto todo el proceso para que futuros viajeros lo tengan más fácil que yo.

A) Billetes: 

Fiel a mi curte manera de volar, llegaré a Bombay el 30 de abril habiendo pasado previamente por otros tres aeropuertos. Es un poco incómoda la ruta, pero hacerlo así me permite dos cosas: ahorrar y visitar otro sitio en el que nunca he estado y me llama la atención: Dubái. Este es mi plan de vuelo:

Lunes 28 de abril: Madrid-Estambul-Dubai con Pegassus Airlines – 180 euros. Salgo a las 14.30, hago una escala de hora y media en Estambul y por fin llego al pequeño emirato a las dos de la madrugada.

Tengo 24 horas de escala en las que pienso a) dormir en el aeropuerto hasta que sea de día. b) Visitar el casco antiguo de Dubai, los rascacielos, el hotel más lujoso y la torre más alta del mundo, la famosa palmera construida sobre el mar, el centro comercial más grande del mundo y, por supuesto, darme un chapuzón en la playa. Cuando anochezca volveré al aeropuerto.

Miércoles 30 de abril: Dubai-Bombai con Jet Airways – 90 euros. Salgo a las 3 de la madrugada y llego a Bombay a las 8 de la mañana. Primera vez que vuelo con esta compañía de bajo coste, espero no morir.

B) Vacunas: 

Me valen las mismas que me puse para ir al sureste asiático. De ellas hablé en este post. Además, he tenido que renovarme la de la rabia (dura dos años), ponerme la segunda dosis de la Hepatitis A y ponerme por primera vez la de la encefalitis japonesa. Atención, esta vacuna, al menos en España, es muy cara. Son dos dosis que hay que comprar en la farmacia con receta médica y se ponen con un mes de diferencia, así que hay que hacerlo con tiempo. Cada una vale 86 euros, es un buen palo. Me estuve pensando si ponérmela o irme a pelo, pero la doctora me advirtió de que la enfermedad, transmitida por la picadura de un mosquito (o sea, una auténtica lotería) mata al 30% de los infectados y deja secuelas graves a otro 30%. Al final me he gastado las perras.

El asunto de la malaria: No he hecho tratamiento profiláctico esta vez, igual que tampoco lo hice cuando fui al sureste asiático. Mi doctora me ha recomendado no hacerlo porque voy a estar en zonas de poca incidencia y, simplemente,  llevarme una caja con las pastillas. De notar los síntomas, tendré que enchufarme cuatro pastillas al día durante tres días seguidos e ir corriendo al hospital.

Un consejo al caminante: Ponte todas las vacunas que puedas en tu ambulatorio, con tu médico de cabecera. Allí no te cobran el servicio, mientras que en el centro de vacunación internacional tienes que pagar 20 euros por pinchazo, al menos en Madrid. En el caso de la rabia, por ejemplo, no hay más remedio que pagar porque ellos tienen las dosis y ellos te la ponen. Pero en el de la encefalitis, que tienes que comprarla en la farmacia, luego puedes ir a tu doctor o a cualquier colega médico/enfermero para que te la ponga.

Este bichito tan mono es el de la encefalitis y puede joderte la vida. (CC) Proyecto agua

C) Seguro: 

No he contratado nada porque el seguro médico que me cubre en España también me sirve para viajar hasta 90 días por el extranjero. No lo recomiendo porque no sirve para cualquier persona, es de la Mutualidad de la Abogacía, es decir, para gente del gremio o sus familiares, como es mi caso. Lo que sí aconsejo antes de contratar un seguro de viajes es mirar si lo que tenemos en España nos sirve y hasta dónde cubre. En caso de que no sea suficiente, entonces habrá que contratar uno. No doy ideas porque soy profana en el asunto.

D) Visado:

Este ha sido mi talón de Aquiles durante el último mes. Y todo, por ingenua y tonta. Aunque ya lo había pedido una vez (aquí lo explicaba) Las autoridades indias han endurecido los requisitos para obtener el visado de turista, ya que observaron que lo pedía mucha gente que en realidad no iba de vacaciones sino a hacer otras cosas como negocios o trabajo. El caso es que en la web de Arke BLS Center, la subcontrata que gestiona los visados para la embajada india en España, dice que si eres periodista, tienes que pedir un visado de periodista aunque no vayas a trabajar.

Yo no quería pedir un visado de periodista porque es más caro, porque hay que hacerlo con una antelación de dos meses y ya estaba fuera de plazo y porque solo te lo dan de tres meses y entrada simple, no múltiple. En vez de estarme calladita, fui a Arke a preguntar qué tenía que hacer porque, aún siendo plumilla, yo pretendía ir de vacaciones. Pues no me dejaron hacerme el visado de turista, me emplazaron a preguntar en la embajada india. En vez de dejar pasar unos días a ver si se olvidaban, me puse en contacto con ellos. Yo pensaba: a ver si cuando pida el visado van a buscar mi nombre en Google y ven que soy periodista. Pues con ese miedo estúpido (porque no creo que busquen el nombre de todos los solicitantes de visado en internet… si es que soy gilipollas) escribí a la embajada.

Un señor muy amable de la embajada me explicó que necesitan una carta de mi medio diciendo que yo no voy a trabajar en India o, si eres freelance ( mi caso) aportar una declaración jurada y firmada en la que prometes que no vas a trabajar. Con esa y otra documentación que piden a cualquier que quiera pedir el visado de turista (vienen en la web), me dirigí por fin a las oficinas de Arke, donde tuve otro problemita totalmente absurdo: mi foto de carnet no era apropiada. Ocurrió que presenté una foto hecha en verano en la que llevo una camiseta un poquitín escotada y eso era ir «desnuda» para el funcionario que me tocó. El hombre me obligó a hacerme otra foto en el fotomatón que tienen ahí con la bufanda puesta en el cuello para que no se me viera ni un centímetro más de carne de lo que él consideraba apropiado. Le dije que la cortara por el cuello pero no quiso.

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¡Lo conseguí!

 

Después de todos estos follones, solo me quedaba esperar. Por fin, a los pocos días, recibí un email que me informaba de que el visado me había sido concedido. ¡Lo mío me ha costado! Ahora tengo un visado de turista por seis meses y entrada múltiple. Como debe ser.

E) Guía, recorrido, equipaje…

Después de todo esto, solo me queda decir que no tengo ni idea del itinerario que voy a seguir por India (¡acepto consejos!), solo sé que llego a Bombay y que iré hacia el norte buscando el fresco porque las temperaturas son muy altas, sobre los 45 grados.  Y que volveré en un mes como muy tarde. No llevo más guía que una en inglés descargada en el ordenador y que me da mucha fatiga leer. Tampoco sé qué equipaje llevaré, supongo que lo mismo que cuando fui al sureste asiático y que conté aquí. Cada día me da más pereza preparar los viajes. Ya iré contando, eso es seguro.

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