Despedida de Vietnam: el viaje de irás y no volverás

Ayer, por fin, he dejado Vietnam y pasado a Laos. He vivido un viaje de lo más extenuante, y de hecho, ha sido el más largo desde que salí de Santander: 36 horas de autobús en un trayecto que ha sido Hanoi-Vientiane-Luang Prabang.

En la capital vietnamita descarté la opción de volar porque no bajaba la cosa de 180 euros,  así que decidí apostar por la comodidad y comprar un billete de sleeping bus otra vez hasta Vientiane. Me ha venido perfecto, porque me he tirado las 22 horas de trayecto tumbadita y muy a gusto. Además, el autocar era un poco más espacioso que los anteriores, y para más suerte, me he colocado atrás del todo, compartiendo el espacio con Josu, un amigo vasco que conocí hace unos días en Halong, y con Anna y Ryan, alemana y americano, muy enrollados.

Cruzar la frontera de Lau Treo es todo un desafío.

El viaje ha sido bastante llevadero teniendo en cuenta la pila de horas que eran, y el único mal trago que hemos pasado ha sido en la frontera de Lau Treo. Allí he vuelto a comprobar lo poco amables que son los vietnamitas. Hemos llegado a las cinco o seis de la mañana, había una niebla muy espesa que no dejaba ver nada, y por supuesto, no teníamos ni idea de qué hacer. Nos han ordenado bajar del autobús, supuestamente para sellar el visado, claro, pero nadie nos daba explicaciones. En el exterior había muchos vietnamitas, aparentemente pasando el rato. Entre la bruma, pudimos distinguir un edificio que quizá fuera donde había que sellar el pasaporte. Tras muchas vueltas y muchos intentos infructuosos de conseguir información por parte de algún chófer o pasajero, averiguamos que sí, que en ese antro se sellaban previo pago de un dólar. Allí fuimos los guiris, nos colocamos en la ventanilla los primeros y cuál sería nuestra sorpresa cuando nada más abrir se nos han colado los conductores de los autobuses cargados de bolsas. Éstas contenían los pasaportes de todos los viajeros… vietnamitas. Ahí entendimos por qué a nosotros no nos los pidieron. Qué majos…

Ahí se sellan los pasaportes. Casi no lo vemos.

En fin, que después de ver sellar docenas de pasaportes, nos tocó a nosotros, y con el trámite hecho salimos por el otro lado del edificio, ya fuera de Vietnam, pero aún no dentro de Laos. Ahí estaba nuestro autobús, pero en vez de dejarnos montar, el chofer nos dijo que caminásemos por la carretera… hasta la frontera laosiana. Fueron unos 500 metros nada más, pero en medio de una niebla totalmente compacta que no dejaba ver más allá de un par de pasos.

Seguiremos al rebaño…

Por fin llegamos, mis compañeros hicieron su visado y yo mostré el que ya llevaba hecho desde el consulado en Hanoi. Y por fin, me dejaron subir al autobús, en el que continuamos durmiendo hasta poco antes de llegar a Vientiane, la capital de Laos.

¿Qué fue lo que turbó el sueño de los cuatro guiris? Pues un vietnamita, colega del conductor o algo así, o de alguna agencia quizá, vino a despertar a Anna y Ryan. El motivo es que tenía una carta para ellos. Y he aquí un nuevo timo al que hay que estar muy atento. Explico la jugada:

En Hanoi tienes la posibilidad de comprar un billete a Vientiane por unos 26 dólares o un combinado Hanoi-Vientiane-Luang Prabang por unos 55. Como mi destino era este último, pensé en comprar todo el viaje y olvidarme de problemas. No obstante, en el último momento lo descarté por todas las veces que me han intentando timar en este país, así que, por si sí o por si no, decidí comprar lo imprescindible y una vez en Vientiane buscarme la vida.

Tierra a la vista. ¡Sanyonara, Vietnam!

Pues bien, Anna y Ryan hicieron lo contrario, y lo que les pasó fue que durante el trayecto, ya a cientos de kilómetros de Hanoi, les entregaron una carta fotocopiada donde en muy mal inglés les explicaban, básicamente, que el dinero que habían pagado no alcanzaba para llevarles a Luang Prabang. En la carta les hacían la cuenta de la vieja, diciéndoles que habían pagado X dólares (cantidad incorrecta, habían pagado mucho más) y que si se descontaba el trayecto a Vientiane, faltaba dinero para el segundo billete. Vamos, que pagaron el doble que yo y les dejaron tirados en Vientiane. Al llegar allí ambos intentaron hablar con el conductor, con la agencia por teléfono, con unos y con otros… pero no hubo manera. Anna había pagado más de cien dólares y aún se tuvo que venir conmigo a la estación de autobuses para sacar otro billete hacia Luang Prabang. A mi me costó 10 dólares al cambio, más los 26 que ya había pagado, son 36 dólares. A ella, ni lo sé, pero añadámosle el cabreo y la impotencia.

Estación de autobuses de Vientiane. Como para ponerse a reclamar…

Echando la vista atrás,  Vietnam no es el país que más me ha gustado, y todo por lo mal que se trata al turismo. Esto es más acusado según se viaja hacia el norte. En  Ciudad de Ho Chi Minh me sentimos muy bien, pero desde Hoi An para arriba he visto y vivido cosas que no me han gustado nada.

No es sólo mi incidente en Halong Bay, y no es sólo porque los vietnamitas vean a los occidentales como un billete de dólar con patas, que también molesta. Los que se dedican al turismo tienen una forma muy poco elegante de intentar sacarte el dinero,  y pueden ser realmente pesados. En Indonesia también lo son, pero siempre con una sonrisa. En Vietnam, si no compras, se enfadan y te ponen mala cara.

No me ha gustado que me hayan intentado timar cada dos por tres con los precios de todo, que por ser extranjera siempre haya tenido que pagar el doble, y no me ha gustado que en Hoi An, señoras sonrientes y amigables se hayan ofrecido a que me hagas fotos con ellas para después exigirme dinero como compensación.

Esperando el autobús a Luang Prabang. ¡Qué gusto estar en Laos!

Y no obstante, esto no es lo peor, dado que puedo entender que en un país como este donde no hay Seguridad Social ni prestaciones por desempleo, la gente se busque la vida como sea. Lo que me parece vergonzoso es que si no tienen nada que ofrecerte o venderte, si no tienen ningún beneficio que sacar de ti, ya te puedes morir en medio de la calle porque no te va a ayudar nadie. Esta actitud se nota sobre todo en el norte, por lo que, a título muy personal, he de decir que cuando esta mañana he cruzado la frontera entre Vietnam y Laos he sentido verdadera alegría y satisfacción. Y, ciertamente, no creo que vuelva a pisar estas tierras. Es la primera vez que salgo de un país y no pienso en volver a él, y es triste, porque he encontrado sitios preciosos y gente amable, también, pero en esta ocasión lo malo ha ganado a lo bueno.

11 respuestas a «Despedida de Vietnam: el viaje de irás y no volverás»

  1. Juan

    Gracias por el articulo!

    La verdad, teniamos dudas entre si ir a Vietnam o otro destino, pero leyendo sobre lo timadores y descarados que son, definitivamente lo descartamos.

    Una pena, pero el mundo es muy grande y hay cientos de destinos donde gastarnos los ahorros y disfrutar sin tener que pasar las vacaciones estresados y en alerta continua por si nos van a estafar…

    Un saludo!

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    • Lola Hierro Autor de la entrada

      Bueno, Juan, yo estuve hace muchísimo tiempo, eso lo primero. Además mis percepciones son muy personales, conozco viajeros a quienes les encanta Vietnam así que yo no usaría unicamente mi opinión para tomar una decisión. Habla con más gente a ver qué te cuentan. Un saludo!!

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  2. Ricardo

    Hola también tuve problemas en Vietnam en mis tres viajes hasta allá ya sea, adquiriendo tours, pagando por hoteles, taxis o el timo de siempre en la Bahía de Halong con los cruceros. No se justifica para nada pero si estoy de acuerdo con la afirmación: «al turista lo ven como dinero con patas».

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  3. Marina

    Hace dos días que estoy feliz porque he salido de Vietnam. Estoy de acuerdo contigo. Yo estuve bien en el norte y conforme iba bajando las cosas se pudieron mal. Es verdad, son avariciosos y tacaños. Y ladrones. Mi mochila «desapareció» con todo mi dinero y documentos y medicinas. Para recuperar mi pasaporte tuve que pagar una buena cantidad. Hay mucha mafia y todos se reparten el dinero que pillan. No pienso volver ni aunque me lo paguen.

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    • Lola Hierro Autor de la entrada

      Ayyy Marina, qué pena leer lo que te ha ocurrido, cuánto lo siento! Jo, tengo ganas de volver a Vietnam para darle una segunda oportunidad porque varios viajeros me han dicho que ellos sacaron una visión mucho más positiva. Pero vaya, leyéndote haces que me lo piense… En fin, son gajes del oficio! Muchos besos!!

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  4. David Aguilar

    Pues creo que esta bastante mal el asunto de generalizar como diciendo que Vietnam es así. creo que va en la experiencia de cada uno y como tomes las cosas. para mi novia y yo desde el sur a norte fue todo espectacular. La gente sonriente y siempre con ganas de ayudar. he viajado por toda Asia y Vietnam ha sido lo mejor. atención turística muy profesional y siempre tratando de ayudar. y cuando no le hemos comprado algo no se enfadan. Se van con una sonrisa. quizás fuiste a un Vietnam en un universo paralelo pero yo volvería una y otra vez

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    • Lola Hierro Autor de la entrada

      David, yo cuento mi experiencia y doy mi opinión, pues este es un artículo de un blog personal de viajes, no un reportaje de investigación. Lo que escribí por aquel entonces, igual que todo lo que escribo en esta bitácora, se basa exclusivamente en mi experiencia, son opiniones que no valen ni más ni menos que la de cualquier otra persona. En 2011 escribí esto pero quizá si ahora volviera tendría impresiones completamente distintas, quién sabe. En cualquier caso, repito: esto no es una guía de viajes ni un artículo de investigación, son opiniones personales. No tienes que darlas por válidas, no pretenden ser verdades absolutas. Y mira, me alegro que escribas y me cuentes esto de Vietnam porque no suelo encontrarme muchas personas que hablen bien de ese país, así que se agradece otra opinión diferente. Tendré que volver a ver si me gusta más ahora ¡Un saludo!

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  5. JOSE CARLOS

    Sí, Vietnam, Tremendo pais , estuvimos 15 dias en noviembre, viajando con ellos , comiendo lo que ellos y durmiendo en hoteles baratos, caminamos mucho las ciudades , cogiendo el trasporte público y saliendo de las rutas turisticas, llegamos hasta danag desde hanoi, siempre en guagua( somos unos canarios recien casados) fuimos muy a la aventura con una guia trotamundos. en general todo fue bien, pequeños timos, pero siempre en el mundo relecionado con el turismo. el dinero lo corrompe todo. Resteurantes especializados en perro vimos muchos y en la capital, en una calle tras el gran mercado del barrio viejo estaban troceados los perritos , otra anecdota fue cuando vimos un camión cargado de jaulas con perritos asustados rumbo a la venta. un saludo y ánimo. VIAJAR ES VENCER proverbio arabe. descubri el blog por oirte en la radio.

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  6. ANIKO

    Jajaja me río porque me parece que somos muchos los que sentimos lo mismo en Vietnam!

    Me pasó igual que a vos: Ho Chi Minh me encantó, la gente fue muy amable, Hoi An estuvo lindo, aunque ya noté eso de querer sacarte plata a toda costa. Hanoi fue una mala experiencia y Halong Bay aún peor: me robaron, me trataron de mentirosa, me amenazaron (el guía del tour!) y ni siquiera la policía quiso hacerme la denuncia.

    Yo también lo digo: no vuelvo a Vietnam ni aunque me lo paguen.

    Saludos viajera! Que tengas un buen regreso a casa.

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  7. HERMANOS EN RUTA

    Eii!!! Esa loca ahí! Menudas aventuras te pasan eh? Jaja, que locura en el sudeste asiático, algún día nos animaremos. También he visto que has renovado el aspecto del blog… Bueno bueno, muy profesional esta quedando, enohrabuena! Y gracias por enlazarnos, jaja : ) Un abrazo y a seguir bien, nosotros ya estamos pensando en la próxima!!

    Besos!!

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