Crónicas kenianas (V): La vida desde un matatu

Me gusta viajar por carretera. Prefiero un autobús a un avión, incluso a un tren. Si vas por aire, ganas los accidentes geográficos, los conos de los volcanes, la extensión del mar y el curso de los ríos, pero te pierdes a los niños yendo a la escuela, a los hombres y mujeres que van y vienen de un lado a otro, a los animales que se cruzan en tu camino, a los que venden cosas al pie de la vía… Te pierdes ver la vida pasar.

En cada país que he visitado hay un nombre específico para cada tipo de transporte. En Indonesia cogía los bemos, en India, los rickshaw, en Marruecos, los petit taxi, en Etiopía, los minibuses. En Kenia, se llaman matatus y este nombre es el único que los distingue de los vehículos de otros países. Eso y su arte. Aquí están pintados de maneras muy llamativas que incluyen mensajes de toda clase, dibujos y colores.

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